¿POR QUÉ DEBEMOS PARARNOS A REFLEXIONAR?



Como se ha publicado recientemente en nuestro país, la producción total de residuos urbanos se sitúa en torno a los 25 millones de toneladas, cifra que equivale aproximadamente a 464 kilos al año por habitante.

Aunque esos números no nos digan nada, desde el punto de vista medioambiental estos datos son alarmantes y su sostenibilidad a medio plazo es prácticamente imposible. Necesitaríamos varios planetas como el nuestro para consumir al ritmo que lo hacemos en los países desarrollados y para que toda la basura que generamos no tuviese consecuencias desastrosas y dañinas para los distintos ecosistemas y para los seres vivos que los habitamos.

En este vídeo se trata el tema a través de dibujos animados.



Si la ecología lleva tiempo hablando de las 3R y el mundo está cada vez más deteriorado, no debemos desoír la nueva actualización de esa premisa. 7R: Rechazar, Reducir, Reutilizar, Reparar, Renovar, Recuperar y Reciclar.

¿Y CÓMO PODEMOS AYUDAR A ESO DESDE EL ÁMBITO DE LA EDUCACIÓN FÍSICA?

Rechazar: Como consumidores que somos tenemos un papel muy importante a la hora de dictar el camino a la industria que hay detrás del mundo del deporte y del juego. Como compradores podemos buscar productos (pelotas, calzado deportivo, material específico) cuya durabilidad sea máxima y el impacto ambiental del mismo sea mínimo. Rechazando aquel material que no cumpla estas premisas.

Reducir/Reflexionar: Todos deseamos disponer de numerosas cosas, y al final reunimos muchísimos juguetes a los que no le hacemos ni caso. Es interesante pararse a pensar antes de pedir el primer capricho que se nos antoja y aprender a crear juegos y juguetes alternativos.

Reutilizar: Dentro de nuestro ámbito, el juego y deporte, hay alternativas a la compra de juguetes y esta radica en la reutilización de materiales, desde una mirada creativa. Para qué comprar un juguete si lo podemos hacer nosotros mismo. En eso va a consistir el nuevo reto de esta semana.

Reparar: Si se nos rompen unas deportivas o las ruedas de unos patines, por muy económicas que estas nos hayan salido, siempre es más interesante intentar arreglarlas que comprar una nueva. A veces nos escudamos en la frase de “si me va a salir igual de cara”. Pero el daño que hago al medio ambiente con una medida y con la otra no es el mismo.

Renovar: Cuando algo no nos esté sirviendo para el fin para el que fue comprado, siempre podemos adquirir uno nuevo pero dándole al viejo la salida más respetuosa con el entorno.

Recuperar: A veces tenemos por casa juguetes o material deportivo que no utilizamos, pero siempre hay conocidos o amigos que se disponen a iniciarse en la práctica de ese deporte, necesitando precisamente ese material. Al respecto, si actuamos de manera inteligente y generosa, prestarle ese material que ya no utilizamos o incluso regalárselo es mucho más interesante que deshacernos de él o dejarlo aparcado en el trastero.

Reciclar: Cuando la vida de un juguete haya llegado a su fin, en vez de tirarlo a la basura, podemos llevarlo a un punto limpio, para que su impacto como residuo sea menor. Incluso, hay material que puede ser aprovechado por especialistas. Imaginad que tenemos una bicicleta vieja y destartalada, y como manitas nos vemos incapaces de arreglarla. Seguramente en una ciudad como Sevilla haya tiendas de bicicletas de segunda mano donde pueden aprovechar numerosas piezas o incluso hacerla nueva.




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