CARTA A LOS REYES MAGOS (O AL BARBUDO DE PAPÁ NOEL)
REGALOS MOTRICES
Ahora que llega la Navidad y con
ella vienen a visitarnos Papá Noel y los Reyes Magos, desde el área de
Educación Física queremos animaros a que en la carta, de petición de regalos, incluyáis
algún regalo motor como pueden ser: pelotas (de cualquiera de los deportes que
existen), o palas, o raquetas, o patinetes o lo que a un@ más le apetezca.
Si
bien es cierto que estos regalos son algo muy personal, no lo es menos que, dentro de las múltiples maneras de solicitar un regalo, hay algunas más aleatoria que
otras y, aunque nuestra intención no es ni será nunca la de dictar lo que se
debe o no pedir cada cual, nos parece interesante sugerir, entre otros muchos, los
regalos motrices, pues tras ellos, y una buena organización del tiempo de ocio, puede
haber movimiento, con todos los beneficios que lleva aparejado el mismo para el
desarrollo infantil.
Por ello, si lo dejamos
todo al azar, véase también a la suerte de los anuncios en canales infantiles o
a la publicidad panfletaria de grandes centros comerciales, estamos perdiendo
la oportunidad de enriquecer el tiempo de ocio y doblegándonos a la voluntad del
staff de publicistas de las grandes corporaciones del juguete.
Eso sí, sepamos también (seguro que lo sabemos), que los deseos se cumplen, y si se lo pedimos a los
Reyes Magos o al barbudo de Papá Noel y nos lo traen, luego habrá que buscar un hueco en la agenda para su
uso. De lo contrario, la petición será tan catastrófica como malgastar uno de los tres deseos
tras frotar la lámpara mágica.
Con lo expuesto y, dado
el trabajo iniciado en el colegio con la bicicleta (el alumnado de Infantil ya llegará a ese trabajo), resulta altamente
interesante (en caso de que la ilusión me empuje a hacerlo), plantearme si necesito
algo relacionado con el mundo de las dos ruedas: unos guantes para invertir más
tiempo en bicicleta; un casco nuevo, pues el que tengo se ha quedado pequeño o no tiene cierre occipital y se ajusta mal; unas
luces para poder señalizar mi presencia cuando el sol ya no alumbra; o incluso (en
el más ambicioso de los deseos) una bicicleta nueva, pues en la vieja parezco Gulliver
en la isla de Lilliput.
Si este último es el
caso, os dejamos una tabla de relaciones entre alturas del niñ@ y tamaño (en pulgadas) de las bicicletas. Al
respecto, aconsejamos expliciten a los Reyes Magos, o al barbudo de Papá Noel, que
no traiga una bicicleta para dentro de cinco años, pues para su disfrute,
manejo y seguridad es tan contraproducente como comprarle un calzado cinco
números mayor.
Es también interesante que la bicicleta sea lo más versátil posible, a no ser que sea un apasionado de alguna modalidad concreta (como el BMX) y que después de los primeros modelos de aprendizaje, desde las 20 pulgadas de tamaño (estas incluidas), busque que estas incorporen cambios, pues para tiradas en las que haya que vencer pendientes y recorrer varios kilómetros, nos van a ser de gran ayuda.
No obstante, si lo que quiero es realizar una buena petición y tener el mayor conocimiento previo posible para no equivocarme con la misma, os dejamos la siguiente entrada de un blog muy competente en el tema de bicicletas que seguro os resulta de gran ayuda:
¿CÓMO ELEGIR BIEN UNA BICICLETA INFANTIL?
Y sin más, ni menos, con
independencia de si se sigue o no este consejo, tan parcial y subjetivo como la
vida misma,
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